La masonería mexicana, prácticamente desde sus inicios en la primera mitad del siglo XIX, ha estado ligada por vocación propia a los movimientos liberales, que a lo largo de ciento cincuenta años conformaron lo que hoy es la República mexicana, uniéndose indefectiblemente al poder del Estado, no sólo liberal, sino también conservador.
Dada la desastrosa situación económica y política tras la guerra con Estados Unidos y la Guerra de Reforma en la mitad del siglo XIX, los gobiernos liberales de Comonfort, Juárez y Lerdo de Tejada, fortalecieron a la República federal en decrimento de las relaciones con la Iglesia Católica romana. A pesar de la pública fe católica de la gran mayoría de los masones liberales o conservadores, para la Iglesia, el ataque a sus bienes económicos provenía sin duda de las dañinas ideas y principios de la masonería. Así, a partir de entonces y hasta finales del siglo XX, para la Iglesia Católica en México, el término “gobierno liberal” resultó ser sinónimo de “gobierno de masones”.
Durante el Porfiriato (último tercio del siglo XIX), debido al concordato firmado por el Estado mexicano y el Vaticano, las relaciones entre la masonería y la Iglesia Católica romana se caracterizaron por un respetuo mutuo que, dado el carácter liberal del gobierno, en ningún caso llevó al entendimiento público y mucho menos a la reconciliación.
Tras concluir oficialmente la Revolución mexicana en 1920, tendría lugar por alrededor de diez años, una de las guerras que más sangre costaría a México, la guerra Cristera. La aplicación de la Constitución de 1917, en la que se separaba de manera definitiva y radical a la Iglesia del Estado, materializaba la pérdida de todos los privilegios económicos y políticos de esta institución religiosa. La masonería liberal mexicana, íntima y mayoritariamente ligada al poder, radicalizó entonces su lectura sobre los principios y orígenes cristianos del simbolismo masónico, laicificando los mismos de modo aún más extremo de lo que muchos años antes lo hiciera el Gran Oriente de Francia. A partir de entonces, y hasta la fecha, la masonería mexicana ha encontrado en la Iglesia católica, y en la práctica religiosa de sus fieles, al enemigo por antonomasia, mismo que desde su punto de vista, la Orden debe combatir para lograr así el progreso social y económico de México y de la humanidad.
Además del Rito y Régimen Escocés Rectificado que trabaja la Respetable Logia de San Juan Santo Grial, los otros tres ritos más comunes que encontramos en nuestro país actualmente son el Rito Escocés Antiguo y Aceptado (abrumadoramente mayoritario y con amplias variantes ritualísticas), el Rito Nacional Mexicano, así como el Rito York o del Antiguo Gremio. Ninguno de los tres últimos ritos se autodefinen como propiamente cristianos, sólo el Rito y Régimen Escocés Rectificado. Los dos primeros, el Rito Escocés Antiguo y Aceptado y el Rito Nacional Mexicano, incluyen en su simbología la herencia neohermética de finales del siglo XVIII, mientras que el Rito York fundamenta su práctica ritualística mayoritariamente en la simbología veterotestamentaria. Por el contrario, el Rito y Régimen Escocés Rectificado, como rito esotérico cristiano que es, si bien utiliza el Antiguo Testamento como referencia a la antigua ley, concentra su trabajo en los Evangelios y en el camino de Cristo. De este modo, en la práctica deja de lado las bases formales esotéricas de religiones y tradiciones orientales, características de la masonería deísta mayoritaria del siglo XXI. Así, podemos afirmar que el Rito y Régimen Escocés Rectificado es exclusiva y estrictamente cristiano.
Por otro lado, y enriqueciendo los valores del laicismo que conformarían la identidad oficial de nuestra patria a lo largo de ciento cincuenta años, tanto el Rito Escocés Antiguo y Aceptado como el Rito Nacional Mexicano se han ido desprendiendo de manera consciente de la explicación simbólica cristiana que les dio origen, redefiniendo y readaptando dichos símbolos a una función social y política activa. De este modo, hoy en día, ser masón significa en general ser laico, anticlerical y antirreligioso. Es así como, por ejemplo, muchos Hermanos sinceramente católicos, viven su fe dentro de la masonería en la semi clandestinidad, siempre estigmatizados. Tratando de poner en práctica un laicismo social, se expulsa de las logias la tradición cristiana, raiz al fin y al cabo de toda la masonería del siglo XVIII y aún de la masonería operativa anterior a ese periodo histórico. Desde la iniciación rectificada entendemos que si bien el laicismo es practicable -o no-, en el ámbito social, reconocemos que nuestra tradición y orígen como masones e iniciados son ineludiblemente cristianos trinitarios.
Este es justamente el hueco que el Rito y Régimen Escocés Rectificado viene a llenar en nuestro país; la recuperación de la tradición cristiana y trinitaria de cada uno de los símbolos que llenan la logia y los rituales. Provenientes de varios ritos comunes en México, conviven en él masones de distintos credos cristianos, que por razones históricas, son en nuestro país mayoritariamente, que no únicamente, católicos romanos practicantes. Asumido como un rito masónico estrictamente cristiano, sus trabajos se abren en el nombre de la Santísima Trinidad y están dedicados “A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo”, trabajos que se materializan a través de una doctrina cristiana inspirada en los padres fundadores de la Iglesia, así como en la revisión constante de los Evangelios y del ritual mismo. Es así como el Rito y Régimen Escocés Rectificado permite a los hermanos vivir cotidianamente y sin contradicción su fe, cualquiera que sea su religión dentro de la gran familia cristiana. Aún más, las enseñanzas de Cristo que se obtienen de manera diaria en la práctica religiosa, se ven fortalecidas e interiorizadas en la práctica iniciática que brinda la masonería, a través de la lectura original —cristiana— de los símbolos que la conforman.
Después de fundada nuestra logia en el año 2007, el Rito y Régimen Escocés Rectificado crecerá con dos logias más. Tras la división sufrida en el Gran Priorato de Hispania, hermanos provenientes mayoritariamente de “Santo Grial”, crean el Triángulo Masónico Rectificado “Caballeros de la Luz” nº13, en el mes de octubre de 2013. Obediente al Gran Priorato Rectificado de Hispania, bajo el Régimen Rectificado hasta 2023, hoy ha cambiado el nombe a Caballeros del Fénix y trabaja sin obediencia alguna. Por otro lado, en junio de 2013, se creó la primera logia rectificada en México bajo el sistema de Grandes Logias. Se trataba de la Logia de San Juan “Et Gloria in Perpetum” nº7 de la Gran Logia de la Ciudad de México. Esta logia sólo trabajaba en los tres primeros grados de la masonería rectificada, es decir, la masonería azul. Por ello, su estructura era similar a la de otros ritos masónicos, separando tajantemente los tres primeros grados masónicos del cuarto grado de la masonería verde. Por lo mismo, el gobierno de la logia emanaba de la asamblea de maestros masones y no de la estructura caballeresca ni de la Profesión. En 2018 abandonó la Gran Logia de la Ciudad de México. Desconocemos si aún lleva a cabo trabajos.
TOLUCA Y MORELIA
El Rito y Régimen Escocés Rectificado en México no entra en polémica sobre la función de la Iglesia católica romana en la política, economía y sociedad mexicanas. De igual modo, la masonería rectificada no toma partido ni por postura política alguna ni tampoco por ninguna actividad social de carácter paramasónico. Creemos que esa discusión o compromiso con el prójimo pertenece exclusivamente a la conciencia de cada hermano, quien actuará en consecuencia fuera de la logia, como hombre libre que es. Así, el Rito y Régimen Escocés Rectificado en México se abstiene de hacer declaraciones al respecto, dedicándose exclusivamente al trabajo que sabe hacer, que es fortalecer el camino iniciático de retorno a lo divino a través de una mistagogía y simbología milenaria de origen cristiano. Al respecto, los Hermanos Rectificados sabrán llevar afuera lo aprendido en el Templo.